Aburrirse en el trabajo es imposible gracias a la tecnología

Aburrimiento, falta de retos y carencia de interés. Estas son las tres señales clásicas del ‘boreout’, un síndrome que padecían algunos empleados al perder interés por sus tareas laborales. Sí, hablamos en pasado porque, ahora, con la introducción de la tecnología, aburrirse en el trabajo es imposible.


El avance de la automatización y la introducción de Inteligencia Artificial en las empresas permiten a los trabajadores olvidarse de las tareas más repetitivas y de poco importancia. Los trabajos se están volviendo más interesantes, sobre todo en aquellas organizaciones que apuestan por la tecnología como solución a las labores que requieren poca cualificación.


Según un informe de McKinsey & Company, para 2030, los puestos de trabajo de 800 millones de personas serán sustituidos por la automatización. Ante esta situación, los líderes empresariales tienen dos opciones: invertir en los equipos o pagar un precio elevado por no automatizar los trabajos más ‘aburridos’. Aquellos que consigan reducir la brecha entre la tecnología y los humanos obtendrán una ventaja competitiva. Y es que, que los humanos y las máquinas trabajen codo con codo es esencial para desarrollar los trabajos del futuro.


Esta es la reflexión de José Luis Casal en su tribuna “Cuando la tecnología hizo que aburrirse en el trabajo fuera imposible”. Y es que, para José Luis, el futuro del trabajo no depende de la ubicación de las oficinas ni de los espacios de trabajo, sino de la capacidad de adaptarse a las nuevas formas de trabajo para ofrecer a los equipos el mejor entorno y tecnologías para alcanzar el éxito.

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