El futuro del empleo ¿automatizado?

La potencia informática en rápido crecimiento significa que cada vez más actividades que antes parecían reservadas a los humanos se puedan automatizar mediante máquinas y algoritmos

¿Qué es la automatización?

El internet de las cosas, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático hacen que la automatización de los procesos en el lugar de trabajo sea imparable, ya que esa automatización conduce a negocios más rentables al conseguir mayor eficiencia y productividad. 

Las empresas, grandes y pequeñas, cada vez más aprovechan los beneficios que la automatización ofrece, y por ello, la automatización del trabajo irá ganando fuerza en los próximos años.

Ventajas y desventajas

Este cambio tecnológico ha provocado un debate público sobre la posible pérdida de puestos de trabajo y la amenaza del desempleo masivo. Desde un punto de vista científico, estas supuestas ‘malas noticias’ están claramente exageradas por tres razones: 

  • El potencial tecnológico para automatizar los trabajos a menudo se sobreestima. 
  • No todo el potencial de automatización se utiliza realmente en la práctica. 
  • Una división del trabajo entre el hombre y la máquina que se adapta constantemente de manera flexible evita la pérdida de puestos de trabajo en muchos casos

Por lo tanto, no se vislumbra el fin del trabajo, a pesar de las posibilidades técnicas en constante crecimiento, incluso si este cambio estructural de gran alcance planteara nuevos desafíos para la mano de obra.

¿Cómo afectará la automatización a la empleabilidad?

En todo momento, el cambio tecnológico no sólo ha generado esperanzas de una mayor prosperidad, sino que también ha alimentado los temores de que el trabajo humano pueda volverse superfluo y que el desempleo y la pobreza aumenten.                                    

Por tanto, no es de extrañar que la revolución tecnológica actual - a menudo denominada digitalización- esté generando voces igualmente pesimistas. Porque incluso si las revoluciones industriales pasadas no causaron, en última instancia, un desempleo masivo y un aumento de la prosperidad, se dice que los desarrollos tecnológicos actuales tienen el potencial de producir el fin del trabajo. 

Adaptarse a los cambios del futuro

Sólo alrededor del 10% de los empleados tienen un trabajo con un alto potencial de automatización. Sin embargo, este potencial no tiene por qué explotarse plenamente; ya que no todas las posibilidades técnicas son económicamente rentables, éticamente justificables y legalmente posibles. La difusión de nuevas tecnologías en la economía es, por tanto, un proceso lento que deja a los empleados tiempo para adaptarse

De hecho, gran parte de la adaptación a la automatización no está haciendo obsoletas las profesiones aparentemente reemplazables, sino que los empleados de esas ocupaciones están asumiendo otras tareas

Esta flexibilidad de los empleados es, por tanto, un importante mecanismo de ajuste. Estar en una ocupación “en peligro” no significa necesariamente que exista el riesgo de perder el trabajo siempre que se puedan adquirir las habilidades necesarias para cumplir con los requisitos cambiantes. 

Después de todo, la automatización desplaza puestos de trabajo, pero al mismo tiempo crea nuevos puestos de trabajo mediante la demanda de nuevas actividades complementarias, siempre que se puedan adquirir las habilidades necesarias para cumplir con los requisitos cambiantes. 

Los estudios empíricos muestran que las nuevas tecnologías de automatización a menudo no tienen un efecto significativo en el empleo en general, con efectos positivos o levemente negativos según el contexto del país

Esto llama la atención sobre la importancia de las condiciones marco en las que tiene lugar la digitalización. 

Y sabemos que  más positivos serán los efectos de la automatización sobre el empleo cuanto más fuertes sean los efectos de la automatización en la productividad, y cuanto más flexible sea el mercado laboral que permita la aparición de nuevas áreas de responsabilidad y perfiles ocupacionales.

Por lo tanto, el verdadero desafío no es el inminente fin del trabajo, sino más bien un cambio estructural de gran alcance que va de la mano de una demanda cada vez mayor en muchas profesiones. Y, por lo tanto, golpea con especial dureza a quienes no tienen las habilidades necesarias

Luego la sociedad tiene dos tareas importantes: 

  • Garantizar que la mano de obra reciba y utilice suficientes y adecuadas oportunidades de formación y cualificación.
  • Limitar los efectos negativos sobre quienes no puedan adaptarse a las crecientes demandas, incluso mediante medidas específicas de transformación profesional.


Y tú, ¿estás dispuesto a formarte y reinventarte?


Compartir
Volver al blog