El principio MAYA: tecnología accesible, fácil… ¡y útil!

MAYA es el acrónimo de la expresión most advanced yet aceptable (muy avanzado pero aceptable), con lo que se pretende expresar la siguiente idea: que la innovación y el grado de avance introducidos en un producto o servicio deben ser tan altos como se puedasiempre que resulten aceptables para el consumidor o usuario

Es decir, si los avances (por ejemplo tecnológicos) en un producto o servicio hacen que aquél a quien van destinados no sepa, pueda o quiera aprovecharlos, entonces ocurre, como mínimo, que dichos producto o servicio no cumplen el principio MAYA.

 

El principio MAYA nació conceptualmente en el mundo del diseño industrial.  A comienzos del siglo XX, Raymond Loewy, considerado padre del diseño industrial moderno, llegó a la conclusión de que los consumidores, en general, se encontraban impelidos hacia dos tendencias opuestas: la fascinación por las novedades y el miedo a la innovación. Interpretó esta contradicción como indicio de que los consumidores buscarían productos siempre cambiantes pero que les resultaran accesibles.

 

Raymond Loewy llamó a esta idea principio MAYA y, trasladado al diseño y conceptualización industriales, representa la búsqueda del equilibrio entre lo innovador y lo reconocible. Esta búsqueda se constituye como una metodología, aplicable en toda fase de conceptualización o definición formal de los objetos a diseñar.

 

El principio MAYA aplicado al desarrollo tecnológico

Si aceptamos que el principio MAYA nos aconseja crear productos que, siendo avanzados, también respeten la capacidad del usuario medio para reconocerlos y adaptarse a ellos, veremos enseguida que el desarrollo tecnológico y la comercialización de tecnología se hallan íntimamente ligados a él. Y, al mismo tiempo, la tecnología es tan importante como las personas. Y, esto a veces se nos olvida.

 

La innovación tecnológica, para llegar a ser exitosa e implantarse a pesar de la complejidad o disrupción que traiga consigo, debe incluir mecanismos de aprendizaje que faciliten la familiarización con los cambios, de forma progresiva y escalonada.

 

De hecho, el íntegro concepto de transformación digital, en la sociedad en general y en las empresas en particular, pasa para cumplir su realización y seguir progresando, evolucionando, por los valores MAYA y su intersección con la denominada Zona de Desarrollo Próximo (ZPD).

 

La Zona de Desarrollo Próximo y el principio MAYA

La ZDP responde a un concepto desarrollado por Lev Vygotski en los años 30 del pasado siglo, dentro de investigaciones realizadas en el campo de la pedagogía, la educación y la epistemología cognitiva. La idea como tal es muy sencilla: la zona de desarrollo próximo es el ámbito que se extiende entre el nivel determinado de desarrollo educativo de un alumno o estudiante en un momento dado, y el nivel de desarrollo potencial o capacidad de aprender guiado por un maestro o un compañero. Se trata de medir la capacidad de aprendizaje.

 

Pero, ¿cómo se relacionan el principio MAYA y la ZDP? A través de la necesidad de incluir modelos de aprendizaje gradual en el diseño del propio producto o servicio, para facilitar el acceso a la innovación en un proceso experimentado como conjunto, colaborativo, participativo.

La tecnología como fuente de ruido permanente

La accesibilidad como categoría definitoria del desarrollo tecnológico implica que toda tecnología sea aceptable, para todos, o al menos para la gran mayoría. Esto no siempre es así. A menudo sucede que el ruido generado por la aparición de nuevas tecnologías y la ansiedad de sus creadores por convencer al público tienen el efecto contrario al deseado. Cuando nos encontramos con la posibilidad de experimentarlas y no nos satisfacen, no las entendemos, resultan prohibitivas por el coste, o no cumplen la expectativas, les damos la espalda y no queremos saber nada más de ellas. 

El ruido en torno a los desarrollos tecnológicos, a veces, impide distinguir lo accesible de lo inaccesible, lo sencillo de lo complicado, lo útil de lo inútil. Pero, la accesibilidad no solo hace referencia al usuario medio, sino a la posibilidad que tienen las personas de hacer uso de esa tecnología.

Así, la accesibilidad digital es todavía una asignatura pendiente en las sociedades más industrializadas, tanto en lo que respecta a la totalidad de la población, como a aquellos y aquellas que tienen impedimentos concretos, sean del tipo que sean. La tecnología puede ser una barrera, o un medio para eliminar barreras

Cuatro pilares de la accesibilidad digital son:

  • Perceptibilidad del contenido para todos los sentidos
  • Operabilidad
  • Comprensibilidad
  • Robustez

El principio MAYA, extendido a todo usuario en función de sus características propias y personales, también es un instrumento que permite separar y distinguir tecnologías accesibles de las que no lo son, con el objetivo de potenciar las primeras.

Tecnología, principio MAYA y a trabajar en serio, sin ruido

El iPod es un ejemplo perfecto y reconocible del principio MAYA. En cierto sentido, fue el antecesor directo del iPhone. Preparó el camino para hacer el iPhone aceptable. Pero, no siempre es oportuno (ni sensato) pensar en la tecnología como lanzadera para hacernos famosos o millonarios o para pasar a la historia

Tecnologías revolucionarias que ya son una realidad

Hay tecnologías que tuvieron un hype enorme, parecieron estancarse, y ya no se habla de ellas tanto como al principio. O más bien se habla de otra manera. Como, por ejemplo, la realidad virtual, la realidad aumentada y la realidad mixta. Sin embargo, por mantenernos en estos casos, ha sido después de “fracasar” el intento de extensión masiva de dichas tecnologías cuando se han consolidado como instrumentos para los más diversos fines. Y de manera que apunta a su pronta extensión, en efecto, masiva.

Otras tecnologías que tienen una complejidad estructural inmensa, pero están siendo integradas en procesos realmente accesibles y aceptables, son la Inteligencia Artificial, el Big Data, el Machine Learning o el IoT (internet of things: internet de las cosas). Vamos a realizar un rápido repaso por todas ellas a través de desarrollos y aplicaciones que tienen el principio MAYA como elemento constitutivo. Y aún más: que llevan el principio MAYA a la transformación digital de las empresas y ofrecen soluciones adaptables y personalizables para cualquier actividad dada.

Veamos muy brevemente los ejemplos de las realidad virtual, aumentada y mixta:

Realidad virtual, aumentada y mixta

En los tres casos, se trata de un conjunto de tecnologías dirigidas a crear una experiencia inmersiva en el usuario (realidad virtual), o bien una experiencia que integra objetos digitales en el mundo real (realidad aumentada), o bien una mezcla de ambas (realidad mixta). La realidad virtual tiene en el proyecto del metaverso la que, parece, será la unificación de todas sus posibilidades y virtudes. Está por ver. La realidad aumentada, sin embargo, ya está penetrando los más diversos aspectos de la actividad empresarial y la gestión de procesos. Y la realidad mixta, otro tanto de lo mismo.

Realidad híbrida

Realidad híbrida es la expresión que se está imponiendo para hacer referencia a las combinaciones, cada vez más usuales, de las anteriores tecnologías. El principio MAYA penetra los desarrollos tecnológicos de realidad híbrida desde dos perspectivas, a su vez complementarias: la creación de soluciones y herramientas que faciliten el uso de la tecnología mientras se perfecciona cada vez más, y la aplicación de estas soluciones y herramientas a procesos de gestión y desarrollo empresarial

En este campo entran las producciones destinadas al mundo del entretenimiento, que, sin duda, es él mismo una industria. Pero, también la organización eficiente y sostenible de los espacios de trabajo y los recursos humanos y materiales, la optimización organizativa y la eficiencia energética, entre otros, son ámbitos donde las aplicaciones de realidad aumentada y realidad mixta se están convirtiendo en herramientas indispensables. 

La tecnología, para las personas

El principio MAYA rige allí donde el objetivo de la tecnología no es la propia tecnología, sino el desarrollo tecnológico (desde la fase de su conceptualización hasta la implementación) pensado para las personas y sus necesidades

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