Ciudades sin personas. Así era el mundo hace un año.
Las grandes, y siempre atestadas, avenidas del planeta, guardaban silencio ante un extraño e invisible visitante. Un panorama distópico que bien podría haber sido diseñado por George Orwell para una de sus novelas.
El Covid lo ha congelado todo: relaciones, viajes, ciudades y trabajos. Un hechizo que sólo la innovación es capaz de romper. La realidad es que ya no podemos volver a ser lo que éramos; nos hemos visto propulsados hacia delante y, si los pasos son inseguros, debemos vestir nuestras mejores botas de explorador, para acceder a una visión general y construir una nueva manera de relacionarnos con el entorno.
En el ámbito laboral, todo lo descrito se traduce en incertidumbre, teletrabajo, digitalización y la necesidad de nuevos modelos con los que hacer frente a este camino plagado de retos. Ya hemos visto oficinas vacías, ¿será también lo que nos depara el futuro del trabajo?
Presencial o no presencial
Las oficinas no desaparecerán. Esto es lo que nos dicen los expertos. Sin embargo, los nuevos modelos de trabajo no requieren de una presencialidad al 100%. La flexibilidad laboral permite numerosas combinaciones donde los empleados podrán operar en remoto o desde la oficina, según conveniencia y de acuerdo con la empresa.
Se estima un retorno a las oficinas de aproximadamente el 15% durante este 2021. Una cifra aún bastante escasa y que exige a las empresas buscar alternativas para ahorrar en costes. Nuevas localizaciones, reducción de metros cuadrados o espacios flexibles, son algunas de las soluciones que se están imponiendo.
Modelos como el ‘hot desking’, del que ya se venía hablando y que ha cobrado importancia con la situación actual, sólo funcionan invirtiendo en herramientas de gestión de espacios. La organización es una de las principales preocupaciones ante estos modelos flexibles, a lo que ahora se suma una nueva prioridad: la seguridad y bienestar de los empleados.
¿Qué importa en las oficinas del futuro?
Los requisitos para volver a la oficina deben de ser exigentes y contemplar hasta el más mínimo detalle. No sólo lo que tiene que ver con el espacio de trabajo individual, sino con salas de reunión, salas de descanso, cantinas y baños. La nueva configuración exige prestar más atención a la seguridad, pero también fomentar la comunicación y continuar con las iniciativas sostenibles:
1. Seguridad
Las autoridades sanitarias son las encargadas de dictar los protocolos de prevención donde se incluye el uso de mascarillas o mantener la distancia de seguridad. Sin embargo, estas medidas no siempre son obligatorias en el interior de las oficinas y su responsabilidad depende de las empresas.
Otras cuestiones vitales que determinarán la vuelta, serán:
- Control de aforo
- Introducción de herramientas para la gestión de espacios
- Sistemas de ventilación inteligente
La inversión tecnológica es la vía principal por la que, las empresas, pueden adaptarse a los cambios. Las que antes lo consigan, liderarán el mercado.
2. Comunicación
La configuración del espacio no es neutral y puede causar sentimiento de aislamiento. Dentro y fuera de la oficina, hay que fomentar una comunicación fluida y transparente. Gracias a ello, se crea un ambiente participativo en el que el empleado ayuda a que los cambios se produzcan, mejorando la productividad y los tiempos de adaptación.
Informar de los procesos y formar a los equipos, es la mejor manera de tener éxito en la adopción de nuevos modelos de trabajo y la configuración de los espacios. La comunicación es la base para fomentar una cultura corporativa integradora e incrementar la satisfacción de las personas con su entorno laboral.
3. Sostenibilidad
Cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible es una prioridad a nivel mundial y la irrupción del coronavirus ha acentuado, aún más si cabe, la concienciación en organizaciones y empleados. Según el informe de Epson, Entornos de Trabajo Sostenible 2021, el 83% de los trabajadores españoles considera que sus empresas tienen que centrarse más en los problemas sociales y medioambientales.
Actualmente numerosos estudios hacen referencia a la reducción de gases contaminantes durante el parón productivo y las restricciones de movilidad, a causa del Covid. También se plantea si el teletrabajo es una solución en la lucha contra el cambio climático. Toda esta vorágine de información y la necesidad de adoptar nuevos modelos de trabajo, ha impulsado la apuesta por la sostenibilidad y la transformación digital dentro de las empresas.
Evolución al concepto ‘smart’
El futuro de los edificios y las oficinas es inteligente, ofreciendo seguridad y transparencia sobre quién está en ellos, cómo y cuándo se utilizan los espacios y qué rendimiento tienen los mismos. La tecnología ‘smart’ permite a las empresas evaluar la calidad de sus oficinas y decidir sobre posibles mejoras y soluciones.
El concepto de un lugar de trabajo saludable ha elevado su significado en la era post-covid. El empleado está en el centro y mejorar sus condiciones de trabajo es una premisa primordial donde, además, entran en juego la optimización de procesos, la Responsabilidad Social Corporativa y el crecimiento de las empresas.
