Transformación digital y ¿nuevos? modelos de liderazgo

El liderazgo digital se define como un enfoque estratégico de gestión centrado en la calidad y el valor funcional de los activos digitales de una empresa, incluyendo correos electrónicos, documentos digitales, contenido audible, imágenes, películas y otros contenidos almacenados en dispositivos digitales. Pero, ¿es realmente nuevo?

¿Cómo es un líder digital?


La gestión de personas y tecnología es una habilidad esencial para los líderes digitales. Deben ser capaces de identificar las necesidades de sus equipos y luego seleccionar e implementar las herramientas adecuadas para ayudarlos a cumplir con estas necesidades. Los líderes digitales también deben estar familiarizados con las últimas tendencias en tecnología y cómo estas tendencias pueden impactar el trabajo de sus equipos.

Además de estos rasgos de visión y empatía, la mayoría de definiciones que podemos encontrar de “líderes digitales” hacen referencia a conceptos similares: “aquellos que están comprometidos con la transformación digital de su empresa”, o “están dispuestos a asumir riesgos, experimentar y aprender el lenguaje digital”. También se tiende a identificar en estos perfiles la cualidad de reconocer la importancia de la colaboración y establecen equipos para trabajar juntos en lugar de competir, así como asumir la responsabilidad de llevar a su empresa al siguiente nivel digital.

¿Qué características tiene un líder digital?

Por tanto, tras revisar la literatura reciente sobre este llamado “nuevo liderazgo”, podríamos decir que las principales características de un líder digital son:

  • Compromiso con la transformación digital
  • Reconocimiento de la importancia de la colaboración
  • Asunción de riesgos y responsabilidad

Estas son características comunes a casi cualquier figura de liderazgo. Si cambiamos “transformación digital” por cualquier objetivo más allá del mero negocio, nos quedan tres características que no son nuevas en los perfiles responsables de liderar empresas.

En un mundo de ciclos, podemos asumir que en algún momento de nuestra evolución, la necesidad será “des-digitalizar” o re-forestar ciertas zonas. El modelo de liderazgo no-digital que surgiría en este supuesto, tendría la misma base que el del perfil al que se está bautizando como “nuevo líder digital”, visión, empatía, carácter…

¿Cómo definimos el liderazgo?

Si atendemos a definiciones de personajes relevantes, podemos encontrar:

"La innovación es lo que distingue al líder de los seguidores" – Steve Jobs
“Si tus acciones inspiran a los demás a soñar, aprender y hacer más; eres un líder” – John Quincy Adams
“Un líder es aquel que conoce el camino, hace el camino y muestra el camino” – John C. Maxwell
“El liderazgo no consiste en estar al mando, sino en cuidar de las personas a tu cargo” – Simon Sinek

Todas estas características deben encontrarse en un líder digital, y en cualquier persona que deba asumir posiciones de dirección.

Si atendemos a las últimas décadas, sí hemos podido observar una evolución de liderazgo hacia donde marca la cita de Sinek, la vocación de servicio, por cliente y por el equipo. Ese modelo de dirección más “humana” y empática se ha desarrollado en paralelo a la transformación digital.

¿De dónde viene el liderazgo digital?

El llamado “nuevo liderazgo digital” no ha sido consecuencia directa de la transformación digital, ni viceversa, pero sin duda la evolución del rol de “líder” en los últimos 40 años está marcada por la globalización y el impacto de la tecnología en los diferentes mercados y en las vidas de miles de millones de personas alrededor del globo.

Del mismo modo, muchas de las figuras que lideraron, o siguen liderando, esta transformación, responden a perfiles de “líder” impensables hace 50 años, desde Steve Jobs hasta Elon Musk, pasando por Dorsey, Branson o Vitalik. Cada uno con sus particularidades, pero todos ellos atípicos para el “liderazgo del siglo XX”.

Liderazgo femenino

Otra característica del nuevo liderazgo es que no es exclusivamente masculino. En la historia reciente, el liderazgo femenino ha pasado de ser la excepción a, poco a poco, normalizarse a nivel cuantitativo. No obstante, cuando buscamos ejemplos de CEOs de reconocimiento internacional, no resulta tan sencillo encontrar nombres de mujeres que estén en boca del gran público.

Algunos ejemplos son: Susan Wojcicki (51), CEO de YouTube desde 2014, Lisa Su (50), CEO y Presidenta de AMD, Whitney Wolfe Heard (30), fundadora y CEO de Bumble, o Ginni Rometty (62), CEO de IBM desde 2012 y la primera mujer al mando de la compañía en 108 años.

Todas ellas son testimonio del nuevo liderazgo. Más justo, inclusivo y meritocrático. La transformación digital ha sido responsable de esto en la medida en que ha permitido que la información sea accesible globalmente y de forma casi inmediata. La digitalización ha eliminado las fronteras para las ideas, ha dinamitado las barreras para que los valores que transforman una sociedad o una empresa, puedan alcanzar y transformar a otras.

El cambio como rutina y las personas en el centro

Esta “globalización del cambio”, consecuencia en gran medida de la revolución digital, es probablemente el factor más determinante en la transformación del concepto de liderazgo empresarial. Un mundo digital globalizado e hiperconectado que, con la información como combustible, gira más deprisa cada día para todos, y la única norma es que no podemos quedarnos atrás.

Una persona que lidera un gran proyecto, afronta los mismos retos que afronta su generación, a nivel económico, social, e incluso geopolítico. Pero cada generación tiene sus propios desafíos, y la persona que lidera debe conocer lo suficiente como para ser capaz de empatizar con los perfiles que trabajan en sus equipos, comunicarse con cada persona en su idioma, mejorando la cooperación y no dejando de aprender nunca.

Las personas que lideren las grandes empresas del futuro, en definitiva, compartirán muchas cualidades con los líderes del pasado: optimismo, visión, ilusión, empatía y la capacidad de seguir aprendiendo; no serán personas emprendedoras sino “aprendeprendedoras”. Personas que lideran trabajando con un ojo en los clientes y otro en los equipos. Personas valientes, sin miedo al cambio, que pongan en el centro a las personas. 

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